Esta obra pertenece a una serie de pinturas realizadas entre marzo y abril de 1985 que evocan la experiencia del paisaje experimentada por el artista en sus últimas vacaciones en el sur de Chile, en el verano de 1985. De formato tanto vertical como horizontal, estas pinturas fueron trabajadas con esmalte sintético aplicado con pistola a compresión sobre un soporte de papel hilado blanco. Esta técnica permite difuminar la pintura de forma sutil, creando pasajes atmosféricos entre luces y sombras, lo que también es logrado en algunos casos con suaves trazos de lápiz. El conjunto representa el proceso en el cual el artista se encontraba trabajando al momento de su fallecimiento. Algunas de estas piezas encuentran su correlato en el cuaderno de croquis marca Torre que el artista utilizaba en aquel entonces para realizar sus bocetos, en éste se pueden identificar títulos como: Serie Landscapes, Santiago Landscapes y Serie Las Estaciones. Algunas de estas pinturas fueron traspasadas a una serie póstuma de serigrafías realizada para el Chase Manhattan Bank (1986).;;